Los cuernos de Doña Sofía
Ha sido vía Pilar Urbano como nos hemos enterado de alguna de las cosas que piensa la estatua de sal que según dicen vive en Zarzuela, esa mujer de pelo insobornable y expresión deficiente que desde tiempos del franquismo emparentó con los borbones de toda la vida y que tras la muerte del caudillo, aunque siempre con respeto y admiración de la corona a sus fechorías, ostenta el puesto de reina consorte.
Parece ser que la estatua griega aposentada en la monarquía hortelana, ni come ni deja comer, de izquierdas y con herederos republicanos, considera que los homosexuales son gente repugnante que sí, bueno, pueden casarse y esas cosas que dicen los jueces, pero nada de llamar a eso matrimonio, matrimonio sólo es la unión entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar.
Y le pregunto yo a esta mujerzuela, retrato vivo de lo que en su día fueron otras esposas de convenio de los monarcas españoles, su opinión sobre la negociación zapateril con la ETA, las decenas de miles de abortos que se producen anualmente en España, el escándalo de las Torres Kío y su amiguísimo Prado y Colón de Carvajal, el "hablando se entiende la gente" del monarca a Ibarretxe, la quema (y no condena) de fotos de su señor esposo o la resolución de los tribunales españoles al respecto de la famosa portada de la revista El Jueves. ¿Nada?¿No tiene nada qué decir la Reina de España? Deje un momento de jugar a los chinos con la reportera del Prestige reconvertida a princesa progre prorepublicana y adalid de la cirugía estética y contésteme a alguna de esas preguntas. O mejor, no conteste a nada y lárguese con su ínclito marido, más conocido por sus infinitas fechorías desde la Jefatura del Estado.
Este comentario atacando la libertad individual de cerca de un 10% de la población española, desde un organismo presuntamente moderador y conciliador, es un escándalo mayúsculo. Que desde la jefatura de un Estado teóricamente democrático se juzgue a parte de la población es algo bochornoso, soez, vergonzoso y vomitivo. Si la reina y su esposo piden respeto a la corona, amparándose en la Constitución y la sobreprotección asquerosa que tiene esa institución franquista hereditaria y vitalicia, lo primero que tienen que hacer es respetar al pueblo soberano.
Pero qué vergüenza que en un país democrático se tolere la permanencia en las instituciones de unos individuos que viven rodeados de opulencia, riqueza y sobreabundancia a costa de usurpar cada año más dinero de nuestros maltrechos bolsillos. Qué vergüenza que se siga tolerando en un país democrático la existencia de una institución franquista, aunque no sea la única que quede, que se dice democrática pero que no puede elegirse mediante sufragio y que tiene la osadía de insultar y vejar a una parte de los españoles contradiciendo e insultando a leyes salidas de las Cortes Generales, una de las instituciones "sagradas" en una democracia, representación inequívoca del deseo del pueblo soberano.
Mientras los españoles nos apretamos el cinturón, los monarcas reciben un 2,7% más de cara a 2009. Mientras las bolsas de pobreza aumentan y aumentan en nuestro país, mantenemos una institución rodeada de alajas, alfombras, moquetas, tapices y palacios que se mantienen con el dinero de todos los españoles. Mientras criticamos la dictadura castrista de Cuba, asistimos impertérritos a las sucesivas fechorías del Jefe del Estado contra la libertad de expresión y la democracia. Mientras los españoles defendemos la libertad el monarca pide la cabeza de periodistas o impone ministros al Presidente del Gobierno de turno, y quien no se acuerde del Pacto de Investidura en 1996, que revise la bibliografía al respecto.
Nada le debemos a un monarca que acudía a las cacerías de un golpista como fue el General Franco, que utilizó a Suárez a su conveniencia, que sospecho nos timó de forma interesada el 23-F y que lleva más de 20 años trapicheando, farfulleando y retozando con el polanquismo, los Mario Conde, Albertos y demás corruptos internacionales.
Lárguense o váyanse, pero dejen de calumniar y de joder, con perdón. Es curioso,pero la reina podría ser una digna protagonista de la obra de Valle-Inclán los cuernos de don friolera, en su caso, los cuernos de doña Sofía.