Noviembre
Ha llegado un año más el triste y gris noviembre. Un mes largo que no aporta nada en ningún aspecto. Un mes que no aporta, que sólo retrotrae a tiempos pasados que, probablemente, fueron mejores.
Ha empezado frío, con niebla, como siempre. Ha empezado vacío, como otros años, pero quizá este año aún más. Ha venido sólo, sin compañía, sin ilusiones, sin expectativas, con niebla perenne y parece que duradera.
Hoy ya no merece la pena hablar de política, porque noviembre se volvería aún más gris de lo que está. Gris, como los hombrecillos aquellos que coprotagonizan Momo, el famoso libro de Michael Ende. Casi todo el mundo es gris. Casi todo el mundo merece desconfianza, miradas de reojo y escepticismo.
¿Porqué ha vuelto a llegar noviembre? ¿Porqué? Supongo que será porque el tiempo no entiende de pensamientos ni de recuerdos, el tiempo y la eternidad en su ciclo infinito sólo entienden de perpetuidad, de continuidad, y carecen de sentimientos.
Hoy sólo Dios entiende el alma gris del hombre. Sólo Él ama en medio de tanta oscuridad, de tanto dolor, de tantos recuerdos y de tanta desilusión. Lo divino supera hoy a lo humano. Lo trascendente supera hoy a lo terrenal. Y mañana será otro día... aunque también será noviembre.
5 comentarios:
Noviembre cada vez parece más Diciembre, ya están las luces de Navidad y los turrones en el supermercado.
Pero el clima es el de Abril...
Si el clima en España sigue siendo el de Abril,fin de los tiempos, pero el de aquel ya lejano Abril de 2004 en el que el Congreso de la Nación invistió como presidente a una persona que empezó hablando de talate y está terminando con la más profunda grieta social en la sociedad civil española desde la Guerra civil.
Por cierto, Doctor,tu comentario es un canto al Romanticismo y muy bello a mi humilde entender.
No digas muy alto eso de mes gris y triste que el (des)gobierno es capaz de nombrarlo oficialmente el MeZ del Traidor.
Juas, cerrajero. MeZ del Traidor. Pues a mi me gusta Noviembre. Prefiero el frío. Anímate.
Jops, me has conmovido. En mi caso no sólo es noviembre en la política, también en parte en mi vida personal. Pero siempre hay esperanza. Saludos.
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