lunes, 31 de agosto de 2009

Sopena encantado con Ignacio Villa

La verdad es que hoy el riguroso y puntilloso periodista de la cadena católica Cope tiene que estar absolutamente decepcionado con su debut en las mañanas radiofónicas. Con una presentación cutre copiada a Antonio Herrero y omitiendo el pasado reciente, signo inequívoco de la ruptura que supone y de la necesidad de hacer olvidar lo imposible, el ínclito periodista madrileño ha comenzado su andadura, huele a breve, en La Mañana de Cope.

El viernes Ignacio Villa, entrevistado por Arjona en el programa "Noches de sol" afirmaba que él al frente de los micrófonos episcopales iba a cambiar el tono, iba a fomentar el análisis en profundidad, desde la pluralidad, y sobre todo iba a evitar el insulto. Y es que la forma más inteligente que tiene Villa de sobreponerse a la audiencia losantiana es no usando el estilo directo de Federico, o sea, supuestamente, no insultando.

Quien tiene memoria es un privilegiado, y Villa, que siempre ha sido un cuadriculado y un petardo, no tiene. No tiene porque él ha sido uno de los periodistas más rancios del panorama periodístico de la primera legislatura Zapatero. Los mayores enfrentamientos dialécticos, y con Carlos Carnicero casi físicos, han sido protagonizados por Villa. Él ha sido un altavoz de las consignas de Federico, eso sí, sin gracia, con monotonismo y de una forma cansina.

Villa tratará de hacer un programa plural. No sabemos si será el Villa de 59 segundos que defendía la investigación del 11-M, el Villa que culpaba a Zapatero de todos los males del mundo en el programa Madrid Opina, el Villa que se peleaba con todos en algún programa de la Sexta o de TV3, el Villa que se situaba más a la derecha de la derecha discrepando con Esther Palomera las tertulias de La Linterna... o el Villa de esta mañana en la Cope.

Para ver que bien le ha sentado a la izquierda putrefacta esta bajada de pantalones de la Conferencia Episcopal Española, reproduzco íntegramente lo que dice hoy en El Plural Enric Sopena sobre la nueva Cope de Ignacio Villa.

"Villa ha arrancado esta mañana el nuevo espacio, en el que sustituye al polémico Federico Jiménez Losantos, y ha apostado por la libertad de información y la defensa del ideario de la COPE. Además de a Soraya Sáenz de Santamaría, ha tenido como invitado al portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso. Aunque Villa ha asegurado que están donde siempre, algo ha cambiado en la COPE. ¿Habría sido posible entrevistar a Sáenz de Santamaría y a Alonso con Losantos? Seguro que no".

Sobre Sopena no hablamos porque no merece la pena... pero yo de Villa estaría preocupado. Desde mayo de 2008 la derecha de chicle ha conseguido que María Antonia Iglesias elogie a Rajoy y que Enric Sopena elogie al programa de cabecera de la Cope. Cualquier día lo tenemos compartiendo mesa y mantel con Alí Babá Nacho Villa y sus cuarenta tertulianos. Pero esto es lo que querían muchos, un programa en que tan pronto cierras un ojo con Alonso como cierras el otro con Sorayita. ¿Y esto es que la Cope sigue siendo la de siempre? Como no sea tomando como referencia el programa de la señora Schlichting...

sábado, 29 de agosto de 2009

La barba del Borbón

Aún no he podido recuperarme del estado estuporoso, casi comatoso, en el que entré el otro día al ver la imagen del sonriente y morenito Abdalá Zapatero y el falsario Borbón y Borbón. Con lo que al monarca respecta, esa barba de una semana y media es, como mínimo, ridícula.

Ver a un Jefe de Estado haciendo estas chorradas, al estilo del presidente de la República Francesa, es bochornoso. Que la cabeza visible del Estado y de la diplomacia de esta nación aparezca de esta guisa, ya no en una foto posada-robada, sino en un acto oficial con el Jefe del Ejecutivo, es una vergüenza.

Dicen los que dicen que saben que este monarca portugués que sucediera a Franco en la Jefatura del Estado es un gran cumplidor del protocolo. Más aún, han halagado su capacidad de jugar con el protocolo y con la ruptura del mismo, siendo a la vez un buen diplomático y un hombre cercano (al menos a los periodistas). Como yo esto nunca me lo he creído, y menos de este tipo que en tiempos fuera el lacayo de Polanco, tampoco me asombra ahora esta sandez.

Los franceses, que nunca han sido mucho más avanzados que nosotros, tienen al menos el privilegio de que si en las próximas elecciones quieren echar de la cúpula piramidal feudal al presidente Sarkozy pueden hacerlo. Es cuestión de democracia: la mayoría se decanta por una opción de forma más o menos responsable (ya saben, esa eterna alianza entre elección y responsabilidad) y si luego se dan cuenta de que han errado, rectifican, cambian el sentido de su voto y tan amigos. Pero en España... all is different, you know.

En España, desde el invierno de 1975, tenemos al entonces príncipe don Juan Carlos haciendo las veces de Jefe de Estado-monarca. Un Jefe de Estado que vive de su única supuesta renta, el supuesto éxito de la corona el 23-F. Una mentira desde mi humilde parecer, pero lo suficiente para que el hombre que decapitó políticamente a Suárez, que se rindiera ante los zapatitos de Polanco y de Felipe o que liderara líos de faldas convenientemente tapados por la prensa española, pueda seguir ocupando el mismo cargo décadas después.

¿Y si hay gente que discrepamos con el actual modelo de Estado?¿Y si hay quiénes pensamos que es más democrático elegir o cambiar al Jefe del Estado que verlo pacer en el trono?¿Por qué nuestros impuestos tienen que dirigirse fijamente hacia uno de los últimos rescoldos del franquismo? Yo quiero votar, en minoría como algunos piensan, en mayoría como otros pensamos, para que este tipo se vaya de España.

Yo quiero que este tipo se largue, con barba, sin barba, con Bárbara o como le de la gana, pero que se largue. No quiero pagar a lo que la mayoría de mis contemporáneos no han elegido democráticamente. La gente votó un sistema que era necesario en aquel momento, pero nunca votó que eso tuviera que ser perenne, inamovible o insustituíble. Por eso, por democracia y por oportunidad, yo no quiero volver a ver una foto de altos cargos de este país en que uno de sus miembros lleve barba, entiéndaseme bien, de ningún tipo.

sábado, 8 de agosto de 2009

El futuro del MIR está en el ECOE

Ya hace varios años que se lleva pensando en una idea, que cada vez cobra más fuerza, como es la de sustituir el tradicional examen-oposición MIR al que nos sometemos los médicos por un examen teórico y un examen práctico similar al ECOE.

El ECOE es un sistema de evalación de las capacidades prácticas del Licenciado en medicina en el que el examinado tiene que ser capaz de resolver una serie de casos clínicos prácticos en unos minutos. Algo que potencia la parte práctica de los estudios de medicina y que además tiene un peso académico, no sólo virtual.

En Valladolid se hizo un simulacro de estas características en una única ocasión, sin perspectivas de repetirse. Parece algo normal dada la idiosincrasia de esta Facultad, que a pesar de ser la más antigua de España es una de las más decayentes del país en este momento.

No se quedan muy atrás otras universidades españoles, la inmensa mayoría, donde este tipo de actuaciones es bastante escasa por no decir inexistente. Pero siempre existen excepciones, y en este punto la Universidad de Navarra es un lugar donde el ECOE es una rutina.

De hecho los alumnos de la UNAV tienen dos pruebas de ECOE a lo largo de la carrera, una en quinto y otra en sexto de medicina. Allí todos los alumnos tienen que superar este examen práctico que tiene una carga muy importante en una asignatura de bastantes créditos de su plan de estudios. Por tanto en Navarra este asunto no es una mera quimera, una mera visión de futuro, sino que es algo de lo más normal y cotidiano.

Aquí dejo un vídeo del último ECOE que tuvo lugar hace unos meses en la Clínica Universidad de Navarra en el que participaron los alumnos de sexto de medicina de la UNAV. La verdad es que es bueno para los alumnos, pero no lo es menos para los que lo participamos desde el "lado examinador".