sábado, 11 de abril de 2009

La cabeza de Federico Jiménez Losantos, en bandeja de plata

Viene muy a cuento recordar en estas fechas el pasaje bíblico de Juan El Bautista, hijo de Isabel y primo de Jesús, el que fuera el enviado antes de Jesús según los textos bíblicos.

Cuentan las Escrituras que cuando Juan empezó su predicación pública, entre sus acciones se encontraba la crítica al gobernador Herodes Antipas, por haber contraído matrimonio con la mujer de su hermano, sin haber muerto este. El problema no era simplemente que Juan tuviese razón (conforme a la ley de Moisés), sino que el problema que veían los poderosos estaba en el seguimiento público que tenía El Bautista, en que las consignas de Juan eran secundadas por sus compatriotas y conciudadanos. Y eso cualquier gobernante que se precie no lo puede permitir.

Tanto es así que, según la tradición, la mujer de Herodes sentía tanta rabia por su defenestración pública, que acabó convenciendo a su marido para que apresara al Bautista, y finalmente, como cumplimiento de una promesa, le ofreciera la cabeza de Juan El Bautista en una bandeja de plata. De aquello, han pasado casi 2000 años. Pero la historia, sigue estando vigente en nuestros días.

Hoy el papel del Bautista lo podría encarnar perfectamente el turolense Federico Jiménez Losantos. Un hombre incómodo y desagradable para los poderosos, igual que lo fue Juan en su tiempo. Un hombre valiente, arriesgado e incorrecto, que utilizaba su palabra y poder de influencia para despertar a la gente, para hacer ver a sus conciudadanos que por delante de sus ojos estaban sucediéndose las injusticias.

Y como no podía ser de otra manera, Herodes Antipas en un primer momento minusvaloraba la influencia de El Bautista. Más aún, lo veía gracioso e incluso creía que lo que predicaba, tenía aspectos interesantes. Pues bien, los Antipas de la política y la Iglesia española (y no española) hasta hace bien poco habían creído que las consignas de Federico eran banales, y que no podían perjudicarles. Pero cuando han visto que las palabras del locutor empezaban a perjudicar a sus intereses, no han temblado y lo han ejecutado.

No tembló Herodías, a pesar de ser una adúltera, para pedir la cabeza del Bautista. Y no han temblado los que todos sabemos, para pedir hasta la saciedad la cabeza de Losantos. Hace 2000 años Herodes Antipas claudicó, y para satisfacer a su ilegítima esposa decapitó al primo de Jesús. Hoy, los responsables de la Cope, los que se enorgullecen del lema que preside la sede de la emisora y el encabezado de esta bitácora, han cedido, gustosos, a las presiones y han ofrecido, en una bandeja de plata, la cabeza de Federico Jiménez Losantos.

1 comentarios:

GUIS dijo...

No callarán a Jimenez Losantos.