Este PP no puede derrocar al señor Z

Lo bueno que tiene no ser militante de un partido político es que puedes dar palos a unos y otros cuando te apetezca; aunque también hay militantes que afortunadamente tienen capacidad de autocrítica. Pues bien. En las siguientes líneas voy a tratar de explicar porqué desde mi punto de vista el PP no va a ganar las elecciones de marzo de 2008. Ya no es que no vaya a poder gobernar, que era algo obvio, sino que además ni siquiera va a ganar las elecciones.

El problema de la derecha española, de siempre, ha sido su incapacidad para comunicar sus ideas. Siempre se ha rodeado de personas preparadas, doctas, cualificadas y con grandes aptitudes, algo insuficiente desde el mismo momento en que esas buenas ideas e intenciones no se pueden comunicar al potencial votante.

En el caso del PP actual el problema es triple. En primer lugar y para no perder la costumbre los dirigentes del PP son incapaces de explicar adecuadamente sus buenas propuestas a la población. En segundo lugar carece de un gabinete de comunicación adecuado para ello. Y en tercer lugar carece de medios de comunicación que se hagan eco de lo poco que explican. Y las tres cosas son responsabilidad únicamente suya.

Y este fallo del PP es algo fundamental en lo que puede ser su derrota en marzo. No es suficiente con creer que se tiene razón. No es suficiente con pensar que la gente es inteligente y sabe lo que le conviene. No es suficiente con creer que por ser decente o con que tener un adversario terrorífico la gente te va a votar. Es mucho más que eso.

Estos dirigentes del PP podrían admirar una cualidad que tiene la izquierda, y es su capacidad ya no sólo de comunicación, sino de transmisión. La izquierda carecerá de principios y de escrúpulos, estará liderada por sinvergüenzas y ladrones, pero sabe comunicar muy bien a la gente lo que hace y cómo lo hace. Y eso, como se ha visto, es fundamental.

No digo con esto que el PP vaya ahora y cerque las sedes del PSOE para ganar las elecciones. Pero como se crea Rajoy que con la chapuza de estrategia política que están llevando a cabo van a ganar las elecciones va dado. Mi querido don Mariano. Yo creía que usted era inteligente, pero veo que en el fondo no lo es tanto. Probablemente porque una persona decente e inteligente no asciende mucho en política. Pero si es cierto que usted cree en lo que dice, tendrá que convencer también a la gente.

Querido don Mariano. A la gente se le ha olvidado ya la negociación con la ETA, la manipulación entre el 11 y el 14 de marzo, el estatuto de Cataluña, el Carmelo y Guadalajara. A la gente incluso casi ya se le ha olvidado la subida de los precios experimentada en estas semanas. Y debería ser responsabilidad suya y de su grupo ya no sólo recordar estos aspectos, sino explicarlos y comentarlos.

Don Mariano, es casi indecente sentarse en un sillón mientras en la Cope te hacen la parte sucia de la campaña electoral. Es indecente que tengan que ser los comunicadores de la Cope los que se lleven los palos que vosotros debíais llevaros, porque para eso os pagamos. Don Mariano, despiértese usted ya, póngase las pilas, lidere su proyecto y haga algo por usted mismo. Olvídese de gallardones y cuervos, de números doses y de idioteces. Despida a todo su gabinete de comunicación y trabaje en estos meses para ganar las elecciones.

Y Rajoy, que a veces parece tonto, se ha rodeado de personas que no están preparadas para esta función. Personas que no saben hablar, que no saben transmitir, que no convencen y que no sirven para ese papel. Serán excelentes ministros en un futuro, pero son pésimos para el papel en que usted les ha puesto. Y no es algo nuevo. Ocurrió en el 1993, en 1996 y en 2004. Los complejos han llevado siempre al PP al borde del abismo, lo que se traduce como un inmovilismo increíble por parte de la derecha política.

Y todo esto, querido Mariano, se lo digo porque creo en lo mismo que usted. Creo en España y en su unidad, en la igualdad de los españoles, en el estado de derecho, en la defensa de las víctimas del terrorismo, en el sistema de libertades y en la decencia. Pero hay un problema. Yo no soy nadie y no puedo tratar de gobernar España para llevarlo a cabo. Usted tiene obviamente muchas más posibilidades y por eso hoy le doy este humilde tirón de orejas para que se despierte, usted y los suyos. Su victoria es necesaria en marzo. Es por el bien de España, por el bien de todos.