miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿Y qué les digo yo, señor Tumbaíto?

A raíz de mi anterior artículo sobre el aborto, en que reflejaba mi negativa a su práctica como médico y como cristiano, y la aceptación de su existencia legal como ciudadano de un Estado de derecho, he recibido comentarios muy variopintos, interesantes, pero de toda índole. Pero el que quizá más me ha sorprendido, es el de mi amigo Tumbaíto, que afirma tajantemente que le decepciono con esta postura.

Más allá de las consideraciones personales, quería plantearle a él y a todos los que discrepen con mi artículo anterior la siguiente situación.

Imaginemos que mañana yo soy un médico de familia en un centro de atención primaria y me llega una chavala de 18 años que el día anterior ha mantenido relaciones sexuales con su novio sin protección y teme haberse quedado embarazada (Y esto no es precisamente una situación excepcional, ya os lo digo yo). Viene a su médico (véase el papel del médico en los tratados de medicina) y me solicita una solución al problema. Se abren 2 posibilidades:

-Facilitar a la paciente una píldora antiabortiva, la famosa píldora del "día después" para solucionar el problema. Acto seguido recomendarla modificar sus conductas sexuales.

-Esperar unos 7-10 días y si hay amenorrea o sospecha de embarazo acudir de nuevo a la consulta para hacer test de gestación. Pasada la semana imaginemos que vuelve la paciente. Si el test da negativo podré insistir en la educación sexual, pero ¿Y si es positivo?

Llega el momento crucial. Ante una chica con un embarazo no deseado (siempre excluyendo la violación. Véase a este respecto una resolución judicial en que se le niega la posibilidad de abortar a una menor violada por su padrastro) que acude a mi como profesional sanitario, amigo Tumbaíto, ¿Qué debería hacer yo?

Es muy fácil desde fuera opinar del aborto, mantener una postura rígida y criticar duramente a los que discrepan. Pero hay que tener una cierta empatía y ponerse en el lugar del otro (médico y "potencial abortante"), y pararse a pensar y reflexionar. Yo me plantearía varias preguntas:

-Si tu fueras una chavala, pongamos menor de edad, que por la razón que sea se queda embarazada. ¿Qué harías? ¿Seguirías adelante con un embarazo que puede hipotecarte de por vida y cerrarte las puertas de un futuro digno?¿Es eso ser egoísta?¿Qué trascendencia psicológica tiene para una adolescente el hecho de ser madre?¿Más o menos que el de abortar?¿Está preparada para ser madre?¿Será capaz la madre y la familia de soportar la presión social?¿Qué es peor un aborto o un maltrato infantil, entendido como no dar los cuidados necesarios al niño en alimentación, ropa, salud, educación...?

-¿Sirve de algo la educación sexual? O mejor dicho. ¿Aumentando aún más las campañas de prevención de embarazos no deseados, el número de ellos sería de cero? Y si como supongo la respuesta es que nunca sería cero, ¿Qué haríamos ante los casos que se dispersan de la normalidad?¿Chimeneas como en Un Mundo Feliz de Huxley?¿Recriminar duramente a la muchacha en cuestión? Y yo me pregunto... una vez que está embarazada, ¿Qué gano con reprenderla? Y más aún, ¿Quién soy yo como médico para reprender a ninguno de mis pacientes?¿Deben influir los valores y pensamientos propios del médico en su praxis? A esto ya contesto yo, y es que no. Cuando un médico se pone la bata debe actuar con diligencia, abstraerse de sus problemas y valoraciones personales y actuar conforme a la Lex Artis, la deontología y la ciencia médica.

-¿Cómo debe hacer la educación sexual un padre católico? ¿O no debe hacerla?¿Cómo se le explica a un hijo la dualidad anticoncepción-aborto?¿Cómo convencer a alguien de que el aborto es malo en sí y que mejor que llegar a ello hay que evitarlo si no puedo decirle cómo evitarlo?¿Qué hago con las estadísticas de la OMS sobre abticoncepción?¿Seguimos permitiendo la actual situación sobre el aborto en el día a día?

Una vez resueltos estos interrogantes pónganse la bata los discrepantes y vayan a la consulta. Al médico se le pide que sea infalible, aunque se le denigre día sí, y dia también. Y cuando se encuentren ante semejante situación, ustedes díganle: no mire, usted es una incosciente a parte de una fresca. Si ha sido mayor para tener relaciones sexuales ahora apechugue con las consecuencias, yo la posibilidad de abortar no se la ofrezco. Y se lo dices a una de esas chiquillas que abundan en España que se tiñen el pelo de rubio dejándose las cejas negras y que engrosan las listas de "no acabo la ESO". Vayan vayan y me cuentan. Mientras yo me dedicaré a hacer filosofía del arte, la belleza y la vida.

20 comentarios:

Andrés Álvarez dijo...

Ovación y aplausos por mi parte.

Saludos.

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Hombre, esas chicas que mencionas abundan mucho. Yo solo dudo en el aborto en caso de riesgo para la vida de la madre o violación.

Un saludo

Caballero ZP dijo...

Alberto creo que yo he contestado a esas preguntas en un post que publicaba hace unos días, pero voy a dar unas pistas de por dónde va lo que decía.
“Chavala de 18 años”, persona mayor de edad con capacidad de votar, ósea de decidir en el futuro de sus conciudadanos. Por lo tanto persona que tiene una serie de obligaciones muchas de las cuales van de la mano de la responsabilidad.
Mayorcita para tirarse a jovenzuelos y no para poner medios es injustificable, más cuando tienen perfecto conocimiento de las consecuencias y de los métodos anticonceptivos que existen.
Si no quieres arruinarte la vida pon medios antes no esperes a tener el problema pensando que ya alguien lo solucionará, y eso va también por las menores de edad, menores que se saben todas las posturas y se lían los porros con una mano, pero cuando llegan los problemas buscan a alguien para que les solucione el problema que se han creado por no molestarse en poner medios, demostrando la actual falta de valores y responsabilidad que existe y que alientan algunos gobiernos
Respecto a los médicos solo quiero denunciar como el gobierno Zapatero ha amenazado a los que se niegan a practicar abortos en la sanidad pública. También apuntar que el médico no tiene que regañar o reprimir a nadie, pero desde luego no puede convertirse en el instrumento para dar soluciones a quien su irresponsabilidad le pasa factura.
En este post puedes ver mis respuestas a las excusas más usadas para defender el aborto.

Tumbaíto dijo...

La relación de cualquier médico con los abortos debe ser la misma que cualquier ciudadano con los asesinatos, ni más ni menos.

Es asesinato.

Tumbaíto dijo...

Si crees que estar embarazada es una desgracia sin igual, entonces dile a la embarazada adolescente "estás embarazada" con el mismo tono que le dices a un chico con dicisiete años: "tienes sida".

Eso es una putada; sin embargo, lo de la embarazada es una bendición.

Alberto Esteban dijo...

Pero eso es llevar las cosas al extremo. Porque lo del chaval con VIH, que no con SIDA, es menos grave que decirle: tiene usted un cáncer de colon con metástasis hepáticas.

No es cuestión de que sea difícil decir que una mujer está embarazada aunque no lo buscase, yo me he visto en esa situación. Lo difícil es enfrentarse a situaciones en que la mujer pide abortar y el médico debe estar por encima de sus convicciones propias y ofrecer los medios de los que dota el sistema.

Saludos

Tumbaíto dijo...

Anda que estar por encima de las convicciones propias para verte defendiendo convicciones nazis...

Yo te ti envidiaría al de cáncer de colon con metástasis hepáticas.

Alberto Esteban dijo...

En un hospital te paga el Estado o el gerente. Las convicciones no te dan de comer.

Saludos

Tumbaíto dijo...

¿Qué eres médico o asesino a sueldo?

Tú sabras...

Alberto Esteban dijo...

Si partimos de que los que practican abortos son asesinos a sueldo, pues bien, yo no lo soy porque jamás practicaría un aborto. Luego ya que cada uno ponga las connotaciones que quiera...

Saludos

Tumbaíto dijo...

Hitler no mató a nadie(entiéndaseme, con sus propias manos).

Alberto Esteban dijo...

Si aceptamos la responsabilidad de acción y la de omisión, tan responsable es usted de un asesinato, en este caso del aborto, como yo señor Tumbaíto.

Saludos

Tumbaíto dijo...

Discúlpeme usted, Don Alberto, pero y un cuerno.

Para empezar porque al menos hay una cosa que yo no hago y usted sí: asentir.

Aunque no se crea, mis amigos dicen que estoy apuntico apuntico de ser terrorista. Lo que pasa es que a mí no me gusta meter miedo. Pero que agusto me quedaba si pudiese decirle a más de uno: "¡qué te perdone Dios!"

Geshcann dijo...

Buenas¡¡ Después de un verano totalmente desconectado me encuentro con la grata sorpresa de tu regreso, cosa que me alegra. En cuanto a lo del aborto... la cuestión es muy complicada. Yo soy partidario de mantener las limitaciones -o permisividad, según como se vea- actuales, pero eso sí, poner todos los medios necesarios para que la Ley se cumpla. Los supuestos actualmente contemplados me parecen lógicos y coherentes, pero el aborto ni es ni puede ser como quitarse un grano. Por otra parte, felicitarte por tus éxitos académicos y desearte lo mejor en este presente profesional.

Saludos¡¡¡

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Tienes un premio en mi blog.

Un saludo

Jose CM dijo...

Creo que el aborto sólo debe llevarse a cabo en los supuestos que marca la ley, pero aplicandola verdaderamente y no permitir los excesos que se están cometiendo. Esto debe ir acompañado de total información sobre métodos para evitar el embarazo y explicar qué es el aborto, porque habrá quien piense que esto es como operarse de apendicitis: me molesta, que me lo quite un médico.

Alternativa al aborto, además de la educación total: adopción. Tan simple como eso.

Saludos

Ramón_Lozano dijo...

Coincido con Geshcann y con Alberto, y no creo que se pueda considerar asesino a sueldo a un médico por cumplir algo que recoge la ley. Y estoy de acuerdo en que aquí se han llevado casos al extremo, pero eso no quita para que no sea precisamente fácil comunicarle eso a una chiquilla embarazada. Y es que eso de que porque una persona sea mayor de edad ya deba apechugar con todo me parece muy poco solidario y empático. Aquí no se trata de dificultar la vida de una adolescente e hipotecársela de por vida. Yo creo que hay que ser más humanos en este aspecto y ponerse también del lado de la persona afectada.

Y el médico, por supuesto, debe ofrecer a su paciente todos los recursos que estén a su alcance, siempre por encima de sus convicciones. Igual que cuando una paciente entra en la consulta de ginecología y el médico deja a un lado sus gustos sexuales para comportarse de manera profesional, lo mismo debe ocurrir aquí; el médico es ante todo el profesional cualificado, así como psicólogos, asistentes sociales...

GUIS dijo...

Cuando la excepción se convierte en "la solución" mal vamos.

Tumbaíto dijo...

Dice el Sr. Lozano:

"no creo que se pueda considerar asesino a sueldo a un médico por cumplir algo que recoge la ley".

No sé si sabe, Sr. Lozano, que esa fue exactamente la línea de defensa que siguieron los genocidas nazis en Nuremberg; naturalmente, no les sirvio de nada.

Asesinar es asesinar tanto si lo establezco yo con un sicario mediante un contrato como si lo establece el parlamento mediante una ley.

Alberto Esteban dijo...

Entonces lo primero que hay que plantearse es si se quiere un Estado de derecho.

El estado de derecho no sólo está para cuando se está de acuerdo con las leyes, sino que su función es preservar y proteger los derechos de los ciudadanos.

Quien decide lo bueno y lo malo es la circustancia concreta de la historia. Seguramente si le preguntásemos a los homínidos de Atapuerca a este respecto su opinión sería otra. Y aquí surge el eterno debate ¿Son en sí mismas las cosas buenas o malas?¿O se consideran como tales según la convención del momento?

Saludos