sábado, 27 de diciembre de 2008

El clamoroso ridículo de Julia Otero

Si una cosa mala hay en la vida, y más en un periodista, es creerse poseedor de la razón por el simple hecho de ser quien se es. Este es el caso de esta periodista progre que pace en Onda Cero y que vive de las rentas, de supuestos éxitos pasados.

Si tenéis media horita libre os pido que os acomodéis en la silla, conectéis los altavoces y escuchéis el mano a mano entre Julia Otero y Carlos Alsina el otro día en Onda Cero. El enlace os lo dejo aquí.

Os daréis cuenta como estos minutos muestran dos formas de ver las cosas, de ver la vida, los acontecimientos y el periodismo. El rigor impecable de Carlos Alsina, que deja a un lado el sentimentalismo estúpido de los periodistas progres que inundan hoy en día las televisiones y analiza con un rigor y una precisión encomiables el caso del juez Tirado. Y por otro lado Julia Otero, que se dedica a hacer demagogia y populismo baratos desde las ondas.

Esta discusión no deja de ser una muestra de la realidad social. La estupidez, está de moda. Lo políticamente correcto lo inunda todo. Y cuidado con salirte de lo socialmente establecido, porque si dices cosas incómodas que contravienen a la podredumbre progre la has cagado. Julia Otero, la de la columna de TV3 y las Cerezas de TVE1, que asco me das.

8 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Lo que me da pena es que esta tía sea gallega.

Un saludo

Fanfatal dijo...

A mí también me dá bastante asquito esta mujer. Tiene ese aire de sabelotodo progre que tanto repatea.

Yo no sé cómo está esta tipa en Onda Cero. Su programa es intragable y tiene unos colaboradores repugnantes. Prefiero escuchar a Cristina y a Nacho Montes en COPE, antes que a esta pedorra.

Feliz Navidad!

El Espantapájaros dijo...

No suelo escuchar la radio, precisamente porque considero que hay muchos periodistas que se dedican a soltar verdaderos desvaríos sin sentido en lugar de comentar con profesionalidad las noticias y participar en tertulias serias y bien moderadas. Otra cosa son los programas dedicados a temas sentimentales o a hablar de libros de auto-ayuda y dramas personales.

Por cierto, quería felicitarle por su artículo contra Ferrer Rosselló. Me siento muy orgulloso de tener un médico en la Resistencia, alguien capaz de rebatir la papilla equivocada que algunos periodistas nos quieren hacer tragar.

Anónimo dijo...

Lo extraño es que esta fulana esté campando a sus anchas en onda cero. Igual está haciendo méritos para la futura radio de la secta

un saludo

Samuel J. dijo...

Julia Otero padece del mal típico de creerse con derecho a opinar sobre todo, eludiendo la tarea de informarse de aquello sobre lo que debe formular un análisis. Es la labor más fácil, sí, pero causa vergüenza siempre.

Pero creo que, amén de su mala práctica periodística -la actitud de Alsina ha sido magistral- a esta mujer le falta humildad en el debate para reconocer que no ha hecho los deberes, pues se ha mostrado incapaz de realizar un análisis técnico, preciso, que es lo que debe esperarse de un periodista que opina. Ha respondido a los argumentos con alusiones al franquismo, atribuyendo a Alsina lo que no había dicho ni pretendía decir, todo para ocultar sus verguenzas, esconder su desconocimiento de los hechos, defender una posición que agrada tanto a los políticos como al pueblo, pero que revela unas lagunas mayúsculas.

Vergonzoso, porque se supone que es una periodista de experiencia. Pero más bochornosa me parece aún su presunción y su orgullo sectario.

Saludos.

Martha Colmenares dijo...

Cercanos al nuevo año, recibe mis mejores deseos, y que las metas se hagan realidad, en estos tiempos difíciles. Abrazos, Alberto

lujaban dijo...

Julia Otero siempre ha sido lo mismo:
Desprestigio del periodismo en España y lametraseros del que manda.
Mejor no mentarla.
Eso es publicidad para ella.
Y gratuita...
Tienes un premio en mi blog.
¡Enhorabuena!

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

En este nuestro país es más fácil caer en la demagogia barata y en hablar de todo con desparpajo y sin tener ni idea de nada.