Alquilar o comprar

Cuando me planteo escribir estas líneas me recuerda a aquellas redacciones que ponían en los exámenes de la escuela de idiomas donde tenías que escribir y argumentar sobre las ventajas y desventajas que supone el alquiler frente a la compra de una vivienda.

El caso del alquiler tiene una ventaja clarísima, y es que te permite vivir relativamente menos preocupado que el que se compra una vivienda y se hipoteca. No tienes que discutir con los vecinos en las reuniones d ela comunidad de vecinos, no has tenido que vivir tan ahogado para pagar la hipoteca, puedes cambiar de casa o de ciudad si fuera necesario sin problema...

En el caso de la compra existe una ventaja muy clara, y es estar invirtiendo el fruto del trabajo del hombre, como diría aquel, en algo que va a ser de tu propiedad. Dedicar casi una vida de trabajo a compar una vivienda es algo muy español, es la idea de que no hay nada mejor que los hijos hereden la vivienda de los padres.

La deventaja del alquiler en la actualidad, gracias a los políticos de turno, es la inseguridad para el propietario. Es evidente que los propietarios, que se han comprado una segunda o tercera vivienda como otros se cambian de coche cada año, prefieren tener su vivienda cerrada antes que afrontar problemas graves como el impago, la desprotección jurídica o el destrozo de su vivienda sin que nadie vele por ellos.

De igual modo la desventaja de la compra de una vivienda es evidente. Los altos precios de la vivienda en España provocan no que la gente deje de comparlos, sino que las familias se endeuden hasta los dientes para pagarlo. Eso repercute en su calidad de vida, lleva muchas veces a problemas familiares y supone un problema muy importante.

Por eso a día de hoy es difícil decantarse por una de las dos opciones si nos basamos en datos objetivos. Basándonos en lo que proponen los políticos aún tengo más dudas. No me creo la propaganda gubernamental de una buena ley del alquiler. Y me parace una involución la defensa a ultranza de la propiedad frente al alquiler que hace la oposición. Lo que sería interesante es apoyar ambos parámetros: hacer una buena ley del alquiler respaldada por una justicia eficaz y poner en marcha medidas para abaratar la vivienda en propiedad. Y si no se actúa con diligencia el problema puede alcanzar unas dimensiones escalofriantes.