miércoles, 9 de abril de 2008

No hay nada más ruín que la traición

Este post va dedicado especialmente a un individuo que contó con mi aprecio en otros momentos de nuestras vidas, no muy lejanos, pero que hoy cuenta con mi absoluto desprecio y rechazo por traidor,mentiroso y cobarde. Su nombre de pila empieza por J. ¿o era por N?

Sí, tú, ya sabes a quien me refiero. Has osado enfrentarte conmigo, y eso no tiene perdón. Yo soy como bien sabes pacífico, dialogante, tolerante y conciliador. Te lo he demostrado hasta la saciedad. Pero aunque tengo buen carácter, tengo mal temperamento, y basta que me toquen un poco las narices con determinados temas para que me hagan cabrearme de forma importante.

¿Quién te has creído, traidor entre traidores, para intentar engañarme?¿Tú te crees que soy tan idiota como para fiarme de ti? No sé como no me he querido dar cuenta antes de tu bajeza moral, de tu falta de escrúpulos, de tu falta de sinceridad y de tu inexistente higiene moral. Lo más sagrado del hombre es la palabra... así que si traicionas eso, si renuncias a su valor demuestra que eres alguien de quien no te puedes fiar.

Me mentiste durante, y después. Y yo hay cosas que no paso, y la mentira y la traición no las soporto. Tú sabes lo que has hecho, tú sabes las cosas que te has atrevido a hacer. Has tenido el valor de retarme (ay, incauto) cuando sabes que si me cabreas puedo ser impredecible. Desde este mismo momento usted y yo no nos hemos conocido nunca. Desde este momento usted debe andarse con ojo, porque el que le habla está muy cabreado. He dicho.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué cabrón!

Andrés Álvarez dijo...

¿Quién es? ¿Zapatero? ¿Algún blogger?...la curiosidad me pica tanto que no paro de rascarme contra las paredes. Saludos.

Compai panita dijo...

Tienes motivos de sobra para estarlo, digo yo.