La decadencia de un imperio
"Quien te ha visto y quien te ve, sombra de lo que eras". No se me ocurre mejor epitafio, de origen literario, para abrir este post dedicado a la decadencia del imperio de comunicación español por antonomasia. Me refiero a la decadencia, cada vez más manifiesta, del grupo Promotora de informaciones SA, más conocido como grupo PRISA.
No voy a decir que me alegre de su decadencia, pero tampoco me entristece en absoluto. Ver caer a un grupo mafioso de poder y tráfico de influencias no puede suponer tristeza. Lo que me crea tristeza son dos cosas: la gente que por semejante decadencia se está yendo al paro y la inutilidad de los descendientes de Jesús Polanco para mantener en pie el grupo PRISA.
Hace casi dos años que muriera el empresario Jesús Polanco Gutiérrez víctima de un mieloma múltiple. El emperador Polanco, el hombre más poderoso en España durante 30 años, moría dejando un legado impresionante. De hecho la situación a la muerte de Polanco podía simular lo que ocurría cuando moría un gran rey y dejaba su vasto imperio a sus descendientes, o lo dividía entre sus hijos. Y como la historia no suele engañar, cuando moría el padre los hijos solían ser incapaces de mantener decentemente el legado de su padre. Y lo mismo está ocurriendo con el grupo PRISA.
Ver como se desmorona el imperio prisaico hecho a base del trabajo personal de Polanco (véase Santillana) y del tráfico de influencias (el resto) es una imagen muy curiosa. Da pena ver como cae un gran imperio, pero me llena de satisfacción ver como los grandes castillos construidos sobre el vacío no pueden mantenerse durante mucho tiempo. Querer hacer una Torre de Babel para alcanzar el cielo nunca puede traer nada bueno.
Juan Luis Cebrián, vieja gloria periodística, enfrentado con el sobrinísimo Díaz Polanco y sin entendimiento con el heredero sucesor Ignacio Polanco, amén de la muerte de Isabel Polanco, han sido algunos de los factores que han desestabilizado el porcelánico equilibrio del grupo. Un grupo hecho por y para Jesús Polanco y sus intereses, un grupo hecho para presionar y traficar, que está al borde de la bancarrota. Resulta cuanto menos contradictorio.
Atrás quedaron los tiempos gloriosos del grupo PRISA en que un editorial de El País te condenaba o te perdonaba la vida. Atrás quedaron las cenas de Nochebuena, las reuniones en el despacho del emperador Polanco y las tergiversaciones de los boletines horarios de la Ser. La crisis económica, los grandes cambios en el terreno audiovisual y la muerte del que era el espíritu del proyecto prisaico, han desvelado la quiebra de PRISA en todos los sentidos.
Termino como empecé, no me alegro de que una empresa esté al borde de la quiebra. De lo que si me alegro es de que un grupo caracterizado por usar el poder a su conveniencia, un grupo que ha tratado de poner y quitar gobiernos y que se ha servido del Estado, desde arriba hasta abajo, para su propio beneficio, pague por sus fechorías. El enfermo aún está agonizante, pero ni los millones que le pueda dar Caja Madrid vía Gallardón y ZP, van a conseguir revitalizar algo que parece claro que está acabado.
"Quien te ha visto y quien te ve, sombra de lo que eras". No se me ocurre mejor epitafio, de origen literario, para abrir este post dedicado a la decadencia del imperio de comunicación español por antonomasia. Me refiero a la decadencia, cada vez más manifiesta, del grupo Promotora de informaciones SA, más conocido como grupo PRISA.
No voy a decir que me alegre de su decadencia, pero tampoco me entristece en absoluto. Ver caer a un grupo mafioso de poder y tráfico de influencias no puede suponer tristeza. Lo que me crea tristeza son dos cosas: la gente que por semejante decadencia se está yendo al paro y la inutilidad de los descendientes de Jesús Polanco para mantener en pie el grupo PRISA.
Hace casi dos años que muriera el empresario Jesús Polanco Gutiérrez víctima de un mieloma múltiple. El emperador Polanco, el hombre más poderoso en España durante 30 años, moría dejando un legado impresionante. De hecho la situación a la muerte de Polanco podía simular lo que ocurría cuando moría un gran rey y dejaba su vasto imperio a sus descendientes, o lo dividía entre sus hijos. Y como la historia no suele engañar, cuando moría el padre los hijos solían ser incapaces de mantener decentemente el legado de su padre. Y lo mismo está ocurriendo con el grupo PRISA.
Ver como se desmorona el imperio prisaico hecho a base del trabajo personal de Polanco (véase Santillana) y del tráfico de influencias (el resto) es una imagen muy curiosa. Da pena ver como cae un gran imperio, pero me llena de satisfacción ver como los grandes castillos construidos sobre el vacío no pueden mantenerse durante mucho tiempo. Querer hacer una Torre de Babel para alcanzar el cielo nunca puede traer nada bueno.
Juan Luis Cebrián, vieja gloria periodística, enfrentado con el sobrinísimo Díaz Polanco y sin entendimiento con el heredero sucesor Ignacio Polanco, amén de la muerte de Isabel Polanco, han sido algunos de los factores que han desestabilizado el porcelánico equilibrio del grupo. Un grupo hecho por y para Jesús Polanco y sus intereses, un grupo hecho para presionar y traficar, que está al borde de la bancarrota. Resulta cuanto menos contradictorio.
Atrás quedaron los tiempos gloriosos del grupo PRISA en que un editorial de El País te condenaba o te perdonaba la vida. Atrás quedaron las cenas de Nochebuena, las reuniones en el despacho del emperador Polanco y las tergiversaciones de los boletines horarios de la Ser. La crisis económica, los grandes cambios en el terreno audiovisual y la muerte del que era el espíritu del proyecto prisaico, han desvelado la quiebra de PRISA en todos los sentidos.
Termino como empecé, no me alegro de que una empresa esté al borde de la quiebra. De lo que si me alegro es de que un grupo caracterizado por usar el poder a su conveniencia, un grupo que ha tratado de poner y quitar gobiernos y que se ha servido del Estado, desde arriba hasta abajo, para su propio beneficio, pague por sus fechorías. El enfermo aún está agonizante, pero ni los millones que le pueda dar Caja Madrid vía Gallardón y ZP, van a conseguir revitalizar algo que parece claro que está acabado.
7 comentarios:
Tampoco es para tanto, ni tan épico, ni tan poderoso, ni tan malo. Uno de los problemas de España en los últimos tiempos, creo, es que a Pedro J. Ramírez lo que le habría gustado de verdad es ser director de El País. je.
Efectivamente el imperio de PRISA se está hundiendo a un ritmo vertiginoso. Al final la culpa va a ser de Aznar que les puso en bandeja Audiovisual Sport y ahora no saben cómo quitárselo. O quizás su verdugo haya sido Zapatero con su apoyo más que explícito a Mediapro y La Sexta. lo mismo escribo un post sobre esto...
De todas formas se resume en que unos suben mientras otros bajan, y en medio de todo ello la reordenación de los medios de comunicación, con fusiones, OPAs, nuevas vías de negocio como la TDT...
Saludos
Pues yo si me alegraría de la quiebra de Prisa ya que es mucho el aml que han hecho a España, pero sinceramente no creo que esto nunca lo veremos, tranquilo ya les seguirán inyectando todos los millones que sean necesarios.
Me dejas arrasado en lágrimas...
Hombre, ser el director de El País tiene su morbo...además recuperaría la esencia que tenía ese diario en su fundación, con los Tamames, Ortega y Gasset Jr etc.
Jaja al pobre H se le ve compungido...Pase lo que pase, aunque PRISa sobreviva, será una sombra de lo que fue.
Saludos
El problema es si el cejas, con nuestro dinero, les quiere reflotar.
No me fio :)
Saludos.
Amen
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