¿Hacia otra guerra Mundial?

Recuerdo muy a menudo unas palabras de un profesor mío en el colegio que nos dijo: la tercera guerra mundial será consecuencia de la rebelión de Oriente frente a la opresión de Occidente. Yo en aquel tiempo no entendí muy bien a que se refería el clérigo, pero poco a poco y viendo el clima de violencia que rodea a la inmigración veo las cosas más claras.

Está claro que el mundo actual está dominado por las grandes multinacionales, muy por encima de gobiernos teóricamente poderosos como el de EEUU. quien manda en última instancia no son los Bancos europeos o los fondos monetarios internacionales, sino las grandes empresas que tienen en sus manos el monopolio económico y en parte el futuro del mundo.

Frente a ello está la evidente oposición entre el mundo occidental y el oriental. Occidente con su peculiar forma de ver las cosas, Oriente liderada por los movimientos islámicos radicales y un tercer factor que queda suelto como es el continente Africano.

Pues bien. Por un lado el pueblo africano vive sumido en el más vergonzoso olvido por parte de Occidente. Las grandes potencias europeas y EEUU desgastaron, usurparon y chuparon hasta el tuétano los recursos propios de África. Eso junto con la permisividad de gobiernos corruptos han llevado al continente africano a semejante situación. Y aquí viene una de las mayores mentiras de nuestros políticos contemporáneos: el hambre en África, el SIDA y otros grandes males con los que Dios ha decidido, según algunos, castigar a África. Vergüenza deberían sentir aquellos que se aprovecharon de este continente para enriquecerse y los que hoy, con las pamplinas mencionadas, siguen viviendo a costa de ayudas internacionales.

Por otro lado está Oriente, donde el islamismo sigue creando albañiles del radicalismo que se dedican a infiltrarse en las sociedades occidentales para tratar de dinamitarlas desde dentro. La inmigración ilegal y el terrorismo internacional como males que asolan al mundo desarrollado, o mejor dicho, enriquecido.

Son precisamente los islamistas los que están promoviendo un nuevo tipo de lucha internacional, de terrorismo global frente a las sociedades democráticas. Son islamistas los que, desde muchos puntos del planeta, atacan sin pudor a países democráticos de primer nivel como Gran Bretaña, EEUU o Israel. Es, por decirlo de otro modo, un prefecto pretexto para el inicio de una nueva contienda mundial en la que, porqué no suponerlo, podemos estar ya embebidos.

Frente a este ataque por parte de las tiranías islamistas a nuestra sociedad, ¿Qué se puede hacer? Defenderse, evidentemente. Lo único que podemos hacer es luchar por la conservación del modelo democrático occidental y tratar de combaatir al islamismo desde la más absoluta firmeza. Muchas veces lo ha comentado Aznar: frente al terrorismo internacional, lo único que sirve es la firmeza de las principales democracias del mundo.

¿Qué significa esto de forma indirecta? Que pactar, aliarse y dialogar con líderes terroristas que gobiernan en determinados países islamistas es un error absoluto. Al igual que con otros terrorismos, como el de la ETA, a los asesinos sólo se les derrota con todos los instrumentos de los que dota a las democracias el Estado de Derecho. El diálogo queda para los juegos de estrategia del tipo Age of Empires.