martes, 30 de octubre de 2007

Ilegalizar los sindicatos

Ya lo he defendido en alguna ocasión, pero creo que hoy es un día propicio para pedir la ilegalización, o al menos la recusación, de los sindicatos. Para los que no lo sepan los sindicatos en su origen no son más que escisiones radicales de partidos políticos de izquierdas.

Hoy se han conocido los datos económicos que vienen a reflejar una realidad que llevamos varias semanas viendo en las tiendas. Los precios han subido de forma brutal, los combustibles se han disparado y el bolsillo se empieza a resentir. ¿La razón? Una subida espectacular de la inflacción, o sea, un método maravilloso por parte del gobierno para aumentar la recaudación. Así, exprimiendo los bolsillos de los ciudadanos, pueden recaudar más para poder contentar a los nacionalismos balcanizadores que sufrimos en España desde hace más de un siglo.

Me gustaría saber dónde están hoy los dirigentes sindicales. Aquellos del 13-M y del famoso decretazo. Aquellos que llenaban las calles el primero de mayo en tiempos de Aznar. Esos mismos que se han caracterizado por ser agitadores durante muchos momentos de la historia. ¿Dónde están ahora los sindicatos y los sindicalistas?

¿Porqué hoy que sale a la luz que los españoles tenemos que apretarnos el cinto por culpa del gobierno los sindicatos callan?¿Porqué hoy no se preocupan del españolito y el currito de a pie?¿Dónde quedan sus consignas de igualdad, derechos, solidaridad etc...? En ningún lado. Ellos, como tantos otros, son tentáculos que tiene la izquierda infiltrados en la sociedad. Ellos no cumplen su papel (papel que sería fundamental si no tuvieran objetivos políticos y económicos), sino que se dedican a malmeter y a callar cuando el gobierno rojo lo necesita.

Por tanto sólo queda una solución: la ilegalización de los sindicatos. Pido a los progres que no traten de equiparar esto con el franquismo porque pierden el tiempo, las cosas son así. Mientras los sindicatos callen ante estos datos económicos lo único para lo que sirven es para dar color a las calles de las ciudades el 1 de mayo. Por eso, y para que no nos cuesten más dinero, todos a su casa (o mejor, que empiecen a trabajar, que ya es hora).

7 comentarios:

El Gorrión dijo...

Estamos en sinton�a "blogeril". Me ha gustado mucho tu blog. te he enlazado. Un saludo.

Fernando A. Ramírez Martínez dijo...

Ilegalizar a los sindicatos es una soberana gilipollez. Un sindicato es una asociación de trabajadores que como cualquier otra asociación, ya sea para salir a montar en bici o para jugar al mus, debe ser respetada.
El problema en España es que esto se ha ido de madre y los sindicatos reciben subvenciones y se ven legitimados para coaccionar a los trabajadores que no quieren secundar las huelgas.

Con quitarles todo el dinero público bastaría, lo mismo que se tiene que hacer con los partidos, la iglesia y las ONG's.

Alberto Esteban dijo...

Fede, yo tb te agrego amigo.

Dudo que los sindicatos se puedan definir como asociación de trabajadores.

Saludos

Daniel Terrasa dijo...

http://republicanosazules.blogspot.com/

Si te interesa, puedes unirte y escribir aquí.

Jorge Castrillejo dijo...

Durante el franquismo había dos formas de llegar a vivir del presupuesto, la primera, la normal, como funcionarios a través de las oposiciones y la segunda a través del Movimiento que con el tiempo, con Adolfo Suárez de Ministro Secretario del Movimiento, les hicieron funcionarios. Cada uno que entienda lo que quiera.

Claudedeu dijo...

Una asociación de trabajadores no daría una patada en los glúteos a un trabajador, como han hecho con mi hermanísima, la cual se declara de izquierdas a pesar de su situación laboral.

J. F. Sebastian dijo...

Has puesto el dedo en la llaga... Ya es hora de afrontar de una vez por todas este cancer de nuestra sociedad. Podría contar aquí las cornadas que la empresa nos propinaba con la aquiescencia de estos 'manos muertas' pero no quiero monopolizar el debate. No dudo de su importancia histórica pero ya no estamos en el siglo XIX. Convenios Colectivos ¿para quién? Para el empresario y para ellos por las prebendas obtenidas. Para contabilizar accidentes laborales y denunciar contratos basura -que ellos también utilizan- no nos hace falta ningún sindicalista. Ni por supuesto, para comprar lotería de Navidad. Y yo me pregunto: con amigos como estos ¿para qué queremos enemigos?