Castración generalizada

Vuelve una vez más a surgir el debate de si sería conveniente, como van a hacer en Francia, castrar a los violadores. Se entiende que es una castración química o farmacológica, no física. De esta manera muchos violadores, que no pueden controlar sus impulsos, no volverían a cometer una atrocidad semejante como es la de violar a una mujer.

Como ya dije hace tiempo se ha visto una posible relación entre un determinado genotipo, por ejemplo el XYY, y un fenotipo de mayor agresividad por parte del varón. Como bien sabéis el ser humano tiene 46 cromosomas, siendo los hombres XY y las mujeres XX en cuanto a la pareja de cromosomas sexuales. Pues bien. Muchos violadores y asesinos son portadores de esta curiosa trisomía XYY en su genotipo; si bien otros no lo son.

Como el genotipo no se puede modificar, al menos a día de hoy, si que sería interesante valorar la rehabilitación de muchos de estos violadores tras cumplir sus penas de prisión. Y para ello lo único que podría ser eficaz es la castración química, es decir, bloquear el sitema hormonal responsable de la excitación sexual masculina. Así se podría decir que muerto el perro, se acabó la rabia.

Muchos han alzado la voz tachando esta medida de muy radical, sin darse cuenta de que muchos violadores lo han pedido reiteradamente. Y es que hay que reconocer que hay personas que se arrepienten realmente, otros no, pero a los que les es muy difícil por si mismos controlar sus impulsos, volviendo a cometer violaciones a la primera de cambio.

Esta medida generalizada a los violadores no sería un castigo para ellos, sino una forma de protección a posibles nuevas víctimas y una forma de salvación para muchos de ellos. No obstante, es inevitable que estas medidas deberían ir acompañadas por medidas judiciales coherentes, y no por sentencias vergonzosas por parte de jueces indecentes.

Y quien sabe. A lo mejor venía bien extender esta medida a otros individuos, especialmente varones, que muestran lo que los psiquiatras llaman conductas desadaptativas, es decir, que son individuos que llevan a cabo comportamientos impropios de un individuo normal. Y no me refiero a ZP. Me refiero a energúmenos a los que no les tiembla la mano para apretar el gatillo de una pistola, amenazar de muerte a un concejal del PP o gritar consignas en contra de instituciones u organismos del Estado. En estos tipos, quizá, sería mejor la castración física... vamos, es una opción.